jueves, 27 de mayo de 2021

REFLEXIÓN SOBRE LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS Y EL CONCEPTO DE INTERCULTURALIDAD por Teresa Gómez Pinto

 

En la actualidad, las migraciones es un tema que genera controversia. Algunas personas ven en ellas algo negativo para su país y su economía. Pero… ¿tienen razón o tienen cerrada su mirada ver los posibles beneficios de la llegada de personas de otros países?

Puede que hayas oído hablar de las migraciones españolas, a las que coloquialmente se le llamaba “las Américas’. Puede que hayas visto fotos en blanco y negro de los millones de españoles que un día salieron de nuestro país, maleta en mano, listos para emprender su viaje a otros países europeos o americanos. Puede incluso que conozcas a alguien que tuviera que emigrar en busca de un futuro mejor. Hace años, España era un país de emigrantes. Según las cifras oficiales del Instituto Español de Emigración, entre 1959 y 1973, más de un millón de españoles emigraron a otros países europeos.

Las cosas han cambiado y actualmente España es un país receptor de inmigrantes. En el año 2020, 5.423.198 de personas censadas en nuestro país, fueron inmigrantes; es decir, un 11,4% del total de la población.

Para poder entender y desarrollar nuestra empatía hacia los movimientos migratorios es importante conocer las causas y los efectos de los mismos. Vamo a exponerlos a continuación.

Los movimientos migratorios tienen varias causas: las sociales, como guerras, política…; naturales, como sequías, terremotos…; o las económicas, como la falta de trabajo, la búsqueda de una mejor condición laboral… Como se puede observar, nadie emprende este viaje sin que a su espalda tenga una situación difícil o desoladora en muchos casos.

Por otro lado, los movimientos migratorios tienen distintos efectos:

-       Económicos: una parte de los ahorros de los trabajadores inmigrantes son enviados a su país de origen. Los inmigrantes también pagan impuestos en el país de acogida, reactivando así su economía. Además, las personas que emigran incrementan la oferta de mano de obra.

-       Sociales: una gran parte de los inmigrantes reciben formación profesional o académica en su país de origen, lo que beneficia al país receptor. Además, los inmigrantes suelen tener más hijos, lo que ayuda a que aumente la tasa de natalidad del país receptor.

-       Culturales: los procesos migratorios suponen dificultades a la hora de la integración, ya sea por lengua, costumbres… Sin embargo, las migraciones permiten el contacto de diferentes culturas consiguiendo una diversidad cultural mayor.

Por todo lo expuesto anteriormente, sentimos que los países receptores deben fomentar la interculturalidad en la sociedad. La interculturalidad reconoce la existencia de grupos de individuos con manifestaciones culturales propias. Sin embargo, pone énfasis en la interacción entre las distintas culturas en un mismo territorio, favoreciendo así la integración y la convivencia armónica de todos. Para que esto sea posible es importante conocer los datos que hemos expuesto en este artículo y abrir nuestra mirada al encuentro, la acogida y la generosidad.  






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